Allá por 1994, Martina y Florencia imaginaron llevar adelante un sueño familiar. Martina, Ingeniera en Producción Agropecuaria, y Florencia, Licenciada en Economía, son amantes del campo y de todo lo relacionado con su entorno. El destino quiso que ambas pasaran gran parte de su niñez en un pequeño establecimiento familiar en la zona de Gral. Rodríguez, el que visitaban todos los fines de semana.

Recientemente recibida, Martina viajó a recorrer Italia y fue en la tierra de sus abuelos, en la ciudad de Lecce, donde conoció el sabor de la mozzarella italiana, del cual tenía muchos recuerdos de su infancia por haberla probado de sus padres, cuando volvían de Italia con ese preciado queso de textura única, flotando en una misteriosa bolsa con agua.

Mientras tanto Florencia se desarrollaba en Gales dentro de una red internacional, cuyo objetivo era crear estructuras económicas que posibilitaran el trabajo de las mujeres en el arte.

El regreso de ambas a Argentina fue el momento en que nació la idea de llevar adelante un proyecto conjunto. Comenzar con un verdadero arte, la elaboración de este queso no conocido hasta entonces en su país.

Comenzaron su proyecto en un galpón del campo en Gral. Rodríguez. Su primera “fabriquita”.

Los comienzos no fueron fáciles. Pero después de casi dos meses de pruebas, de varios ajustes en la producción, de entusiasmos y frustraciones consiguieron una suave, blanca, húmeda y fibrosa mozzarella, tan buena y tan noble como la que Luigi, el experto que habían traído de Italia, elaboraba y vendía diariamente en los pueblos vecinos a su ciudad, en la Región de La Puglia.

Alcanzado el producto deseado, fue sólo cuestión de golpear las puertas indicadas para que las hermanas, pioneras en la elaboración de mozzarella fresca, lograran deleitar a reconocidos chefs de la talla del Gato Dumas, Ramiro Rodríguez Pardo, Dolli Irigoyen y Francis Malmann. Ellos rápidamente incorporaron el producto en sus recetas y locales como Valenti o Moto, iniciaron la comercialización al público de la mozzarella Arrivata.

Arrivata significa en italiano “arrivada, esperada, llegada”. Para las hermanas es la síntesis de la concreción de un sueño de pioneras, el de compartir con muchos el gusto familiar de comer mozzarella fresca.

El resto es historia conocida. Los quesos de pasta hilada Arrivata, producidos tanto con leche de búfala como con leche de vaca, se encuentran hoy en los mejores supermercados del país y es nota frecuente en distintos artículos dedicados a productos «gourmet». Mientras tanto la pequeña fábrica de Gral. Rodríguez ha sido reemplazada por una moderna planta industrial, que hoy las hermanas exhiben con orgullo, en un pintoresco predio en el partido de Pilar.

Herencia de una gran familia


Entre tantas costumbres heredadas de Italia por Argentina, una de las más perdurables es su comida. Miles de familias llegaron a nuestro país con recetas e ingredientes tradicionales que se fueron transmitiendo de generación en generación.

Una de ellas, arribó con la célebre Mozarella Fresca Fior di Latte, con su característico sabor “fatto in casa” y con un genuino estilo italiano. Por ser la primera en arribar a nuestro país la llamamos Arrivata.

Hoy, esta familia la formamos sus descendientes más jóvenes que sentimos pasión por hacer quesos artesanales de alta calidad. Por crear productos frescos, sin conservantes, elaborados día a día y bajo pedido de nuestros clientes. Y como buena familia italiana, nos ocupamos de transmitir esta herencia, de nuestras manos a las familias que nos elijen y a las de aquellos que utilizan nuestros productos para brindar un autentico sabor italiano, en sus propios establecimientos gastronómicos

¿Y cómo sabemos que la herencia sigue viva?

Por el éxito y la aceptación que Arrivata, día a día, tiene en cada mesa argentina.